MEMORIA VISUAL


Estas son las primeras reflexiones visuales que saqué mientras leía Mientras Agonizo. Las tenía aparcadas, pero al revisarlas me pareció que tenían interés y que funcionaban como análisis del libro. Lo he dejado como lo que es, un primer esbozo, sin correcciones.

Niño con un pescado en brazos, vestido con harapos, lo enseña al espectador, pidiendo.

Joven con un martillo en la mano y una cuña para cortar madera en la otra mirando un ataúd.

Viejo sentado en un porche mirándose las manos, una luz fría le ilumina la cara. La mirada perdida, llorosa. No tiene dientes.

Reunión de mujeres malignas con una casa de madera destrozada al fondo. Varia figuras están alrededor de la casa. Las mujeres hablan con la vista puesta en la casa. No pueden decir nada bueno de ellos.

Mujer joven en una cocina amasando. Concentrada con la tristeza en sus ojos, las lágrimas caen sobre la masa. Huevos rotos en primer plano.

Niño limpiando un pez con las tripas abiertas, concentrado en su trabajo con una mezcla de asco y dejadez.

Casa con un camino delante, un viejo está sentado en la porchada de entrada mirando a un hombre vestido de negro, impoluto, orgulloso. El viejo del porche lo mira resignado.

Una chica joven abaniquea en una cama a una vieja decrépita al borde de la muerte, que la mira con ojos desesperados aferrándose a la vida.

Un hombre gordo con un maletín de médico vestido de negro con un corbatín mira desde una puerta horrorizado al interior de una habitación que no se ve, ve la presencia de la muerte.

Un viejo se aferra con la mirada perdida a un niño tan harapiento como él. Los dos sentados en una porchada.

Un joven levanta una sierra delante de un ataúd enseñándosela a una vieja que hay en una casa al fondo. Asoma su cara moribunda por la ventana.

Un niño encima de la cama de una moribunda intentando hacerla resucitar, la muerte está presente en la cara de la vieja. El niño se contorsiona llorando.

Un viejo y una joven en el centro de una habitación, el viejo con los brazos caídos y la joven llorando con las manos en el rostro. Un hombre gordo bien vestido en el umbral de la puerta.

Niño sufriendo con un palo roto en la mano, llora mirando al suelo. Un trozo del palo roto a su lado. Una vaca en lo alto de una loma.

Niño sentado en el suelo con un pescado destripado a su lado.

Mujer joven preparando la cena. Tripas de pescado se esparcen por el banco, al fondo dos hombres sentados alrededor de una mesa esperando la cena, cabizbajos.

Niño mirando una cama toda llena de sangre y tripas de pescado. Cabezas de pescado sobre las sábanas. Un cubo lleno de vísceras al lado de la cama.

Joven arrodillado en el barro, la lluvia cae sobre él. Una luz artificial lo ilumina con un brillo tenue.

Un farol sobre un tocón, el suelo está lleno de un barro rojizo que parece sangre. La luz del farol ilumina el suelo sobre el que hay un martillo.

Un joven sierra algo indefinido iluminado ténuemente por la luz de una lámpara de gas. Mientras un viejo el fondo lo mira con la mirada perdida.

Un ataúd de madera sobre unos caballetes. Tablas a la derecha apoyadas en el tocón donde se encuentra la lámpara de gas.

Un pez muerto.

Una mujer canta en una habitación aséptica rodeada de otras rezando. Todas de negro.

Unos hombres fuman en la puerta de una casa en silencio, todos de negro. Un niño sentado en el porche mira al espectador.

Un viejo da la mano a un hombre que le da el pésame. El viejo mira al espectador.

Una casa al fondo. Dos jóvenes conducen un destartalado carro mirando hacia ella. Mas al fondo amanece.


Seis hombres llevan un ataúd convertido en pez. Un niño los mira pasar.

Un joven limpia una mancha de barro del ataúd que esta en el carro. Al lado otro joven ríe con locura. Una joven ensimismada sostiene una caja en su regazo.

Es de noche, el carro está vacío, solo queda el ataúd. Un viejo, tres jóvenes varones, una joven y un niño duermen en cuclillas alrededor de él.

Un hombre de pie, de espaldas al espectador, habla con un joven subido en un caballo pellejoso. Los ojos del joven lo miran con orgullo.

Un zopilote aposentado encima de un ataúd. El ataúd es de madera, humedecido, llegando casi a lo putrefacto.

Una joven desnuda encima de un abismo flotando en el aire con un cuchillo en la mano. Un niño está dormido agarrado a su pierna. Ella lo mira. Una ligera brisa sopla desde atrás.

En un establo, un joven extremadamente delgado, anoréxico, chupando de la teta de una vaca. La vaca está de culo mostrando sus orbes por debajo mientras el joven chupa directamente del pezón. Al fondo una puerta abierta a la noche, todo iluminado por la tenue luz de un candil.

Joven muy delgado, con un candil apoyado en el suelo. Cava en un campo yermo infinito. El cielo azul oscuro se extiende en tres cuartos.

Una joven vista en picado, la falda transparente mojada por la sangre y el agua. Se mira las manos como si le faltase algo. Un pez muerto yace en el suelo ensangrentado.

Un hombre joven mira el agua que lo rodea, no hay nada más que agua. Una cuerda medio hundida en ella le dice que todo se ha perdido.

Una mujer joven, voluptuosa, con el vestido empapado mira al cielo. Un hombre joven, exausto, apoya su cabeza ladeada en su pubis, solo los separa un trozo de tela, sucio y húmedo.

Una mujer vieja abraza a su hijo, un hijo sucio, ruin. Un abrazo lleno de lujuria, de amor, las manos del hijo se agarran al culo de la madre y su boca succiona la leche de su seno. Mientras, una mujer piadosa reza en la habitación de al lado. Una pared que no existe separa las dos escenas.

Una madre sentada en un rincón, tres niños peleándose por debajo de una mesa. Un hombre sentado comiendo. Ella en blanco y negro.

Un picado de una mujer siendo follada por su marido, con la sábana puesta y el agujero en el coño.
Ella mira a un lado ensimismada en una luz que ilumina la escena. El la penetra entre espasmos.

Un picado de una mujer acostada a la derecha con el camisón con un agujero en el coño, el cuadrado deja ver el pelo, los pechos y los muslos transparentan su carne sudada. El hombre duerme a su lado. Ella mira al espectador.

Una chica joven, con un paquete en la mano, en el centro de una habitación. Mira el paquete con tristeza. Tiene un charco de una secreción acuosa a sus pies.

Un niño en cuclillas encima de un ataúd mira con los ojos desorbitados, presa de la locura el techo de una casa.

Una mujer joven y un niño. Los dos acostados en un cobertizo. Ella mira su barriga mientras el niño duerme. La luz de la luna se enmarca a través de la puerta iluminándoles a medias.

Un ataúd se recorta en la noche delante de una casa, descansando sobre dos caballetes. La casa está en llamas y lo ilumina con una luz tenue.

Un hombre joven presa de la locura se ríe retorciéndose en el suelo rodeado de su familia. Una familia ausente, que le niega la más mínima piedad y comprensión. Ni tan solo se ven sus rostros...

Un hombre delante de una casa en llamas la mira con los ojos extremadamente abiertos. El hombre en primer plano, la casa al fondo como una masa difusa. Su mano se levanta recortada contra la casa llena de tensión.

Picado de un hombre riéndose en absoluta locura sentado en el vagón de un tren. Dos sombras iguales se proyectan sobre él.

Una mujer joven camina al final de un pasillo en penumbra. Un hombre despreciable tiene una botella que deposita encima de un banco en primer plano.

Comentarios